Esta semana de vuelta a la "realidad" tras el Gran Hermano napolitano, ha estado llena de cambios. Para empezar me trasladé a la habitación individual de casa, lo cual en cierto modo se agradece. La parte mala de los cambios conllevaba despedir a Natalia... mi compañera polaca de habitación, con la que solo viví durante un mes, pero con la que establecí una buenísima relación. Me enseñó a moverme por Turín, me enseñó tanto italiano como inglés (eran cuanto menos graciosas nuestras conversaciones mitad inglés, mitad italiano), me enseñó un montón de sitios donde vendían ropa de segunda mano y curiosidades varias, fuimos juntas a la Sagra delle Sagre, cenábamos juntas (era bueno llegar a casa y tener alguien con quién charlar), me enseñó el maravilloso sitio del Barcino (junto al río)... y tantas cosas más... aún recuerdo la noche en que en la cocina bailamos flamenco al son de Camarón :) Todo esto quiere decir que la echo de menos obviamente, y que gracias a ella mi primer mes fue mucho más fácil... y que espero que Polonia y España se vuelvan a ver las caras ;)
En cuanto al trabajo, cada vez me encuentro más a gusto, voy encontrando mi sitio y tengo la oportunidad de expresar lo que quiero hacer en este año de voluntariado.
Esta semana por lo tanto es de asentamiento en cuanto al trabajo, y de cambios en cuanto a la convivencia se trata, porque en cuanto Natalia se fue, llegó Hawy, una nueva compañera de casa.
Dejo aquí una foto con Natalia, gracias por el mes de convivencia bella :D
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